El Sr. F. Harhoff, el Juez del Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPIY), dio una conferencia a los estudiantes del Máster en Diplomacia y Función Pública
El Sr. F. Harhoff, el Juez del Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPIY), dio una conferencia a los estudiantes del Máster en Diplomacia y Función Pública Internacional, enmarcada en el proyecto HOPE, organizado por el Danish Refugee Council y promovido por el programa de voluntariado europeo, EU Aid Volunteers.
La conferencia resultó extremadamente interesante por cuanto hizo un viaje desde el Tribunal Internacional para la antigua Yugoslavia hasta la Corte Penal Internacional, comparando ambos mecanismos judiciales, especialmente por lo que hace a su finalidad: Este aspecto es clave para entender por qué en el uno no hubo participación de las víctimas y en el segundo sí.
¿Cuál es el papel de las víctimas?
Desde la perspectiva del Juez. Harhoff, las víctimas son, o deberían ser, precisamente una de los dos principales motivos que justifican la razón de ser del Derecho Penal Internacional, junto con el respeto al orden legal internacional, cualquiera que éste sea o hacia dónde se dirija.
En este punto debatió con el alumnado la estructura y coyuntura actual del orden internacional pues es este el marco dentro del cual se brinda (o no) protección a las víctimas de crímenes internacionales. Por tanto, para cualquier experto en diplomacia resulta crucial ser conocedor del mismo, previa valoración de los actos y posibilidades que existen de cara al reconocimiento y atención de las víctimas.
En este sentido, y aprovechando su experiencia personal -que da a sus opiniones un valor cualificado-, el juez Harhoff señaló la importancia que para él tiene un proceso judicial en tanto que fórum en donde las víctimas son escuchadas con la dignidad y el respeto que se merecen.
¿Cuánto participan las víctimas?
En este sentido su inclusión en la CPI supone sin duda una de las principales aportaciones de esta organización pues su grado de participación es uno de los mejores comparativamente hablando, aunque no por ello exento de problemas.
Al respecto se estableció una comparación entre la participación de las víctimas en el TPIY -en donde su actuación se ceñía a la de testigo, con todas las limitaciones que ello comporta, empezando por la restricción de hablar sólo en relación a lo cuestionado- y la participación en la CPI en donde participan en nombre y con defensa propia en todas y cada una de las fases del proceso, haciendo valer sus intereses, no sólo los que determine fiscalía. El saberse partícipes de procesos que pueden llevar a la condena de los responsables y que ello queda así recogido en una sentencia es ya de por sí una forma de reparación.